chirimoyas. Curiosamente una fruta que incluso en su temporada no solemos consumir con asiduidad, creo que por desconocimiento porque está llena de propiedades y tiene un sabor dulce que es fantástico. En mi caso desde pequeña he visto a mi madre tomarla de postre, a cucharaditas, y por tanto la he consumido con frecuencia.
¿Qué podía hacer con ella que no fuera tomarla así, como lo hace mi mami? Pues me puse a buscar inspiración por la red y finalmente me decidí por una receta que encontré AQUÍ, la cual varié muy ligeramente y que nos ha encantado. Estos pastelitos tienen una textura increíble proporcionada por la cremosidad de las chirimoyas y por la almendra, y un sabor gracias al coco y a la lima que los hacen muy, muy especiales. Seguro que nunca antes se os había ocurrido hacer algo así con esta fruta. Pues bien, os animo a ello siempre y cuando vuestras chirimoyas sean de buena calidad. Como siempre, sin una buena materia prima, no habrá buen producto final.
Pastelitos de chirimoyas
Ingredientes:
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2 chirimoyas sin sus pipas
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200 gramos de almendras molidas
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25 gramos de coco rallado
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2 huevos M
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1 ½ cucharaditas de levadura en polvo
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El zumo de una lima
Elaboración:
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Precalentamos el horno a 180ºC
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Trituramos con un tenedor la pulpa de las chirimoyas hasta conseguir una pasta espesa
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En un bol batir bien los huevos y añadirle las chirimoyas y el zumo de lima. Integrar los tres ingredientes.
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Añadir todos los ingredientes secos previamente mezclados en un bol.
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Dividir la masa en cápsulas de magdalenas y hornear unos 25 minutos hasta que al introducir una brochetita estén hechos por dentro. No necesitan estar muy dorados por fuera.
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Dejar enfriar en una rejilla.
Esto ha sido todo por hoy. Vuelvo el día 6, día de Reyes, con una versión nada convencional del Roscón, que no engorda casi nada y de dificultad cero. Os va a gustar, lo sé, y sobre todo, vais a sonreír al verla. Seguro.
Yt
No te lo vas a creer… ¡Odio las chirimoyas, a muerte! Pero no te preocupes, que ésto lo tuneo yo con otra fruta. Eso sí, se la voy a pasar a mi madre, porque a ella le pirran, así que esta receta le va a encantar!!!!
Un besazo, guapis (en un rato contactamos)
Ya te lo puse en IG, estoy gratamente sorprendida, nunca se me hubiera ocurrido hacer algo con la chirimoya que no sea comérmela a cucharadas 🙂
Me encanta la chirimoya, y muchas veces no la comía pensando que tiene mucho azúcar; pero la dietista que me ayudó a conseguir estabilizar mis analíticas después de la quimio, me dijo que la cantidad de azúcar queda totalmente compensada con las grandes cualidades nutricionales que tiene; así que, yo me lo tomé al pie de la letra y es una asidua en mi frutero en temporada :-); y ahora, tengo excusa para usarla en la reposteria.
¡¡¡Un gran hallazgo!!!