Hay recetas que en todas las casas se preparan únicamente en una determinada época del año; recetas que si alguien “se atreve” a elaborar fuera de ese momento, sólo recibe comentarios del tipo “esto no sabe igual si lo haces ahora”, “si cocinas ahora este plato le quitas ya la gracia el día en que solemos tomarlo siempre”, etc.
Y es que somos borregos hasta en la cocina. Todos. Sin excepción alguna. Y como las reglas hay que romperlas y las tradiciones también, hoy me pongo a ello.
Hace ya unos cuantos años, cuando empecé a prestar atención a los blogs de cocina que por el panorama patrio había, descubrí a Garbancita. El blog que tiene Cristina siempre me ha gustado mucho, por lo que cuenta, por sus experiencias, por sus recetas, y por sus opiniones. Y como por arte de magia un día apareció en mi pantalla su RECETA DE MERMELADA DE CEBOLLA
La primera vez que la hice, y mientras estaba en ello, solo pensaba en que saliera bien, porque el trabajo de estar pochando tanta cebolla era un tipo de tortura culinaria para nada deseable. Y no es que saliera bien, es que es una receta maravillosa, fantástica, riquísima, y hasta hace unos días, de esas que solo haces en un momento determinado del año.
La preparé unas navidades en Dinamarca, y ante el éxito absoluto de crítica y público, no ha habido navidad danesa sin que yo aparezca con un tarro o sin que la prepare allí, in situ. ¿La tradición? Servirla para acompañar el foie que se toma en los aperitivos de la noche de fin de año. Fuera de ese momento, sólo en contadas ocasiones la había preparado, como en esta receta de vasitos de berenjena.
Pero he aquí que encontrándome en Pinterest decenas de recetas que llevaban cebolla caramelizada, pensé que todas ellas con la mermelada de cebolla debían estar de escándalo. Era el momento de, aun “fuera de temporada” y después de la consabida llorera pelando y picando tanta cebolla, prepararla una vez más.
Y como es una receta que necesita ser compartida y dada a conocer en el planeta, aquí la tenéis hoy.
Los ingredientes y la elaboración ya están enlazados más arriba, en mayúsculas y en negrita. Podéis jugar con su textura, triturándola más o menos según os apetezca o según sea el plato al que va a acompañar o del que va a ser parte.
Disfrutad la receta y hasta pronto.
Gloria.