“-¿Manzana o Nutella?, -Apple alwayssss…”
Esta conversación tan profunda y llena de matices (no me tentéis que si me pongo saco un ensayo de esas dos frases que ni el mismísimo Ortega y Gasset) decidió la receta que os traigo hoy.
Hace varias semanas, hablando de croquetas y “croqueterías” caí en que nunca las había hecho en versión dulce. Craso error que había que subsanar y de ahí que me pusiera a ello. La primera idea que me vino a la mente fue hacerlas de chocolate… Pasta de chocolate… Nutella. Opción 1. Fácil.
Pero quería otra más, algo menos “potente”… Fruta. No. No lo veía… Me fallaba la pasta… ¿bechamel de frutas?… Not sure… ¿Cuál?, sin duda una con poca humedad. Mirada al bol: manzana come to me. Y donde hay manzana hay canela, y nueces. Opción 2. Lista.
Ahora bien, ¿cuál publicar? Volvamos al principio de este post: “Apple alwayssss”.
Y aquí están:
Croquetas “Le Petit D”
Ingredientes (Para 8 unidades):
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25g de azúcar blanquilla
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225 ml de leche
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¼ cucharadita de canela en polvo
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20g de mantequilla
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1 manzana Golden grande rallada de manera gruesa
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20g de harina
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20g de nueces picadas
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75g de galletas trituradas.
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1 huevo
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Aceite de girasol para freír
Preparación:
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Mezclamos en un vaso la leche, el azúcar y la canela. Reservamos.
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En una sartén y a fuego bajo derretimos la mantequilla. Cuando esté lista, añadimos la manzana rallada. Cuando se haya evaporado casi todo su jugo añadimos las nueces picadas y una cucharada de las galletas trituradas y mezclamos todo bien.
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Añadimos la harina y removemos bien para que se incorpore al resto de ingredientes.
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Comenzamos a verter la mezcla de leche, azúcar y canela poco a poco sobre la mezcla de manzana y nueces sin dejar de remover en ningún momento para evitar grumos y vamos así elaborando nuestra bechamel dulce.
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La dejamos cocer sin dejar de remover hasta que espese a nuestro gusto.
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Pasamos a una fuente y dejamos enfriar (yo la dejo enfriar a temperatura ambiente y cuando ya no tenga temperatura la cubro con film y la meto en la nevera).
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Tras un par de horas en la nevera, sacamos la masa, formamos las croquetas y las bañamos en huevo batido para cubrirlas a continuación con las galletas ralladas. Hay quienes vuelven a meter las croquetas “empanadas” en la nevera. Si la masa os gusta no muy espesa, es conveniente hacerlo para que cuando las friamos no tengamos un desastre y se nos deshagan. A mí me gustan las croquetas con una masa espesa, contundente, de manera que este segundo momento de frío no es necesario si las hacéis así.
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Freímos en el aceite de girasol, escurrimos y dejamos enfriar.
Tengo el fin de semana “Dcompleto”, pero quedan apuntadas para el próximo ¡qué cosa más rica! De cine! Y con fruta…, entonces… #ecoveganjelzygren 😉
#ecoveganjelzygreen que de la emoción empiezo a comerme parte del green
Fantásticas! porque no solo de chocolate viven los postres!
Nunca he comido croquetas dulces… Y eso hay que remediarlo! Me las apunto 🙂
besos
Manzana, siempre 😉
Querida Gloria… eres única!! Me ha fascinado esta receta de croquetas dulces. Si te digo la verdad es la primera vez en mi vida que las veo. Me encantaría probarlas… a ver si me animo porque en esencia tras leer tu receta la forma de elaborarlas no difiere mucho de la forma tradicional… lo único es que son dulces; debe ser genial decir (cuando te preguntan qué hay de postres): “Croquetas”, jajaja! Eres una genial, besos linda.
Gracias Pilar! La verdad es que servir croquetas de postre es cuanto menos peculiar 😉 Prueba a hacerlas, están divinas! Un besote.
Alwayssss!
Apúntatelas y versiónalas, seguro que haces algo increíble. Un beso!
Claro que no! De hecho mi postre favorito es una buena tabla de quesos! 😉
Aquí el green y el grin 😉 que no falten. 😛