la receta de esta semana ;). Son unas galletitas saladas con quesitos y avellanas, que se hacen en nada de tiempo en la Thermomix. La vi en su día en el blog Bocados de Cielo y enseguida la “fiché” para mi Pinterest (sí, esa oscura red desde la cual coleccionar deseos 😉 ). La receta la tenéis en el enlace pero os la pongo aquí para que también la tengáis.
Galletas saladas de queso y avellanas.
Ingredientes:
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8 quesitos en porciones (vale hacerlas con quesitos light y normales, estás mías de light no tienen nada 😉 ).
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135 gramos de harina.
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90 gramos de mantequilla.
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50 gramos de avellanas.
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Una pizca de sal.
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Sal en escamas para decorar.
Elaboración (en TMX, pero fácil de adaptar a cualquier otro robot o incluso de hacer sin él):
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Triturar las avellanas en velocidad 6 hasta que se pulvericen con cuidado de que no empiecen a soltar grasa, no queremos pasta de avellanas, no. Poner las avellanas en un bowl para utilizarlas después.
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Mezclar en el vaso la mantequilla y la harina unos 10 segundos a velocidad 5.
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Añadir los quesitos y mezclar a velocidad 5 durante 15 segundos.
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Añadir por último las avellanas picadas y la pizca de sal mezclar a velocidad 3, 5 segundos.
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Hacer una bola con la masa y guardar en el frigorífico hasta que esté bien fría.
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Extender la masa entre dos papeles de horno, cortar las galletas con las formas que queramos.
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Volver a introducir en el frigo las galletas cortadas durante una hora.
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Espolvorear las galletas con sal en escamas y hornear en horno precalentado a 175º unos 15 minutos hasta que alcancen el tono que dorado que más nos guste.
Son unas galletas que triunfarán en cualquier aperitivo, muy aromáticas y cuasi hojaldradas. Mejor tomarlas el mismo día en que se hacen, ya que al siguiente, aunque se guarden en recipiente hermético, pierden.
Yt.
La receta muy interesante, no uso Pinterest porque ya entre los blogs que sigo y facebook se me va un montón de tiempo. No es polémico lo que dices sobre el tercer mundo, es realidad. Una realidad demostrada en bibliografía seria. Y creo igual que tú que en estis momentos hay que centrarse en ayudar a las familias a las que la vida le ha dado un portazo en la cara. Familias que salían adelante igual que nosotros y que de repente se encuentran con que lo básico no lo tienen. Una mañana no tienen ni leche para desyunar. Y lo de los bebés ni te cuento. Con eso de que cada lata de leche vale casi nueve euros… Es una cuestión de prioridades y si este gobierno ha decidido que no hay dinero para ellos, los demás tendremos que tomar las riendas del asunto. También es interesante el papel que juegan otras instituciones como parroquias o Caritas que les ayudan pagando recibos. Que yo no soy católica y creo que no es justo que luego se les trate denostadamente queriendo quitarles ayudas. Si no fuera por ellos, muchas familias estarían sin servicios básicos. Y lo dejo ya, que me quema el asunto. Pero de acuerdo contigo en todo.
Un abrazo